¿Tu hijo se despierta llorando o gritando por las noches? Las pesadillas y los terrores nocturnos son más comunes de lo que parece y pueden convertirse en una gran fuente de preocupación para los padres. Entender por qué ocurren y cómo acompañar a tu hijo es clave para devolverle la calma y favorecer un descanso reparador.
En este artículo, la psicóloga infantil en Tenerife, Mónica Rodríguez Pérez, explica por qué suceden, cuándo son parte del desarrollo normal y en qué casos conviene buscar apoyo psicológico.
¿Qué son las pesadillas y los terrores nocturnos?
Aunque ambos fenómenos pueden parecer lo mismo, no son iguales.
Las pesadillas ocurren durante la fase de sueño ligero (fase REM). El niño se despierta, recuerda lo que soñó y puede contarlo con miedo o llanto.
Los terrores nocturnos, en cambio, se presentan en la fase de sueño profundo. El niño puede gritar, moverse bruscamente o parecer despierto, pero no lo está realmente y no recordará el episodio al día siguiente.
Ambas situaciones pueden aparecer entre los 3 y los 10 años y están relacionadas con el desarrollo neurológico y emocional del niño. A veces, son una forma de liberar tensiones acumuladas.
Señales de que tu hijo necesita ayuda
Si los episodios son aislados, suelen considerarse normales. Sin embargo, conviene buscar orientación profesional cuando:
- Las pesadillas o terrores se repiten varias veces por semana.
- El niño desarrolla miedo a dormir solo o evita la hora de acostarse.
- Presenta irritabilidad, ansiedad o dificultad para concentrarse durante el día.
- El descanso alterado comienza a afectar su rendimiento escolar o su estado emocional.
Estos indicadores pueden reflejar un malestar más profundo que merece atención.
Posibles causas de las pesadillas y terrores nocturnos
- Estrés o ansiedad infantil: los cambios de colegio, mudanzas, separación de los padres o exceso de exigencia pueden generar inseguridad y angustia.
- Experiencias difíciles: accidentes, hospitalizaciones o discusiones intensas en casa pueden quedar registradas en la memoria emocional.
- Sobrecarga sensorial: el uso excesivo de pantallas, los videojuegos o la falta de desconexión antes de dormir aumentan la activación del sistema nervioso.
- Inseguridad emocional: cuando el niño no se siente protegido o percibe tensión en su entorno, el miedo puede manifestarse durante el sueño.
¿Qué pueden hacer los padres en casa?
- Mantener una rutina nocturna predecible, con horarios regulares, luces suaves y ambiente tranquilo.
- Evitar pantallas al menos una hora antes de dormir.
- Escuchar al niño y validar su miedo sin minimizarlo ni ridiculizarlo.
- No regañar ni mostrar enojo durante los episodios; el miedo no se controla, se acompaña.
- Fomentar actividades que favorezcan la relajación: lectura, respiración profunda o música suave antes de acostarse.
¿Cómo puede ayudar la psicoterapia infantil?
En consulta, la psicóloga infantil Mónica Rodríguez trabaja con un enfoque especializado en el tratamiento del miedo, la ansiedad y los trastornos del sueño. A través de la intervención terapéutica adecuada, el niño puede procesar experiencias difíciles, reducir la tensión emocional y recuperar la sensación de seguridad al dormir.
Cuando los niños duermen tranquilos, toda la familia recupera el equilibrio.
Un espacio para dormir, crecer y sentirse seguro
En su consulta en Tenerife, Mónica ofrece un espacio cálido, respetuoso y confidencial donde los niños pueden expresar sus emociones, recuperar la calma y desarrollar herramientas para gestionar el miedo. Su acompañamiento se centra en fortalecer la estabilidad emocional y el bienestar familiar.
Psicóloga infantil en Tenerife
Mónica Rodríguez – Psicóloga especializada en infancia y adolescencia. Acompañamiento emocional, ansiedad, pesadillas, problemas de conducta y bienestar infantil.

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