¿Qué hago si sospecho que mi hijo ha sido víctima de bullying?

Una de las experiencias más dolorosas para cualquier madre o padre es sospechar que su hijo está siendo acosado en el colegio. Esa intuición de que “algo no va bien”, aunque él o ella no lo diga abiertamente, genera una mezcla de angustia, impotencia y miedo. Como psicóloga en Tenerife especializada en infancia y adolescencia, acompaño a muchas familias que enfrentan esta situación y necesitan orientación sobre cómo actuar con sensibilidad, pero también con firmeza.

 

¿Qué es el bullying y por qué es tan dañino?

 

El bullying no es un simple conflicto entre niños. Es una forma de violencia repetida y sostenida en el tiempo, que puede ser verbal, física, emocional o incluso digital (ciberacoso). Lo más preocupante es que afecta directamente la autoestima, la seguridad emocional y el desarrollo psicosocial del menor.

Los niños y adolescentes que sufren bullying suelen sentirse:

  1. Avergonzados o culpables, aunque no lo expresen.
  2. Inseguros y aislados.
  3. Incomprendidos o no escuchados.
  4. Confundidos sobre cómo actuar o a quién acudir.

🧠 Desde la psicología, sabemos que el bullying puede dejar huellas profundas que afectan la autoconfianza, las relaciones futuras y el rendimiento académico.

 

Señales de que tu hijo podría estar sufriendo acoso escolar

 

En consulta, muchas veces las familias llegan cuando los síntomas ya llevan tiempo. Por eso es clave aprender a identificar señales de alerta como:

  1. Cambios bruscos de humor o irritabilidad sin causa aparente.
  2. Dificultades para dormir o quejas físicas (dolores de cabeza o barriga frecuentes).
  3. Evita ir al colegio, llora por las mañanas o inventa excusas.
  4. Pérdida repentina de interés por actividades que antes disfrutaba.
  5. Bajo rendimiento académico sin una razón clara.
  6. Aislamiento social, se queda solo en los recreos o evita hablar de sus compañeros.
  7. Heridas, moretones o pertenencias dañadas sin una explicación coherente.

Muchas veces, los niños no cuentan lo que les ocurre por miedo, vergüenza o porque creen que “nadie puede hacer nada”.

 

¿Qué hacer si sospechas que tu hijo sufre bullying?

 

Si te estás planteando esta posibilidad, tu instinto merece ser escuchado. Aquí te comparto algunas pautas que trabajo en consulta con familias en Tenerife cuando hay sospecha o confirmación de acoso escolar:

 

1. Habla con calma y crea un espacio seguro para que se abra

Evita las preguntas directas como “¿te están haciendo bullying?”. En su lugar, puedes decir: “He notado que estás más triste últimamente. ¿Hay algo que esté pasando en el cole que te esté haciendo sentir mal?”. Lo más importante es que sienta que no será juzgado ni presionado.

2. Escucha sin interrumpir ni minimizar

Aunque te duela lo que diga, escúchalo hasta el final. Frases como “eso no es para tanto” o “defiéndete” pueden aumentar su sensación de soledad. Asegúrale que no está solo/a y que tú estás ahí para protegerle.

3. Actúa con discreción, pero no ignores lo que ocurre

Es importante informar al centro educativo, siempre priorizando la seguridad emocional del niño. Habla con el tutor o el equipo de orientación, y solicita un plan de intervención claro.

El abordaje escolar es fundamental, pero también lo es el apoyo psicológico que reciba fuera del aula.

4. Refuerza su autoestima y sentido de pertenencia en casa

Hazle saber que es valioso/a, que lo que le pasa no es su culpa, y que no merece ningún trato violento. Anímale a participar en actividades que le gusten y donde se sienta aceptado/a.

5. Evita responder con sobreprotección o venganza

Es comprensible sentir rabia o querer enfrentarse directamente con los agresores o sus familias. Sin embargo, lo más eficaz es mantener una postura firme, pero centrada en el bienestar emocional del menor y en canales de resolución adecuados.

 

¿Y si ya ha sufrido bullying durante mucho tiempo?

 

Cuando el acoso ha sido sostenido en el tiempo, es común que deje heridas emocionales profundas:

  1. Ansiedad social o miedo a grupos.
  2. Problemas de autoestima y autoconcepto deteriorado.
  3. Dificultades para confiar en los demás.
  4. Síntomas de estrés postraumático o trauma complejo.

En estos casos, es fundamental el acompañamiento psicológico. No solo para “pasar página”, sino para reparar emocionalmente la experiencia vivida y construir nuevas formas de relacionarse con seguridad y confianza.

 

Mi enfoque como psicóloga en Tenerife para casos de bullying

 

Trabajo desde un enfoque integrador, siempre adaptado a la etapa evolutiva del menor y al tipo de experiencia vivida. En estos procesos suelo integrar:

  1. Terapia EMDR, muy efectiva para reprocesar recuerdos traumáticos y reducir el impacto emocional del acoso.
  2. Acompañamiento emocional, para devolver al niño o adolescente una sensación de valía personal y poder interno.
  3. Terapia familiar, cuando es necesario fortalecer el entorno protector y mejorar la comunicación entre todos.
  4. Técnicas de afrontamiento y habilidades sociales, que ayudan a prevenir nuevas situaciones de vulnerabilidad y a desarrollar recursos personales.

 

El silencio no protege, el acompañamiento sí

 

Como madre o padre, puedes marcar la diferencia entre un niño que sufre en silencio y uno que se siente visto, comprendido y defendido. Si sospechas que tu hijo ha sido víctima de bullying, no dudes de tu intuición: actúa, pregunta, ofrece tu presencia y, si es necesario, busca apoyo profesional.

¿Hablamos sobre cómo proteger emocionalmente a tu hijo y devolverle la confianza en sí mismo?

¡Hablemos! Estoy aquí para ti

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